Automoció

Nivel 0. Vehículo sin piloto automático

El conductor es siempre un humano y se ocupa de todo: acelerar, frenar, controlar el volante, estar pendiente del entorno…

Nivel 1. Asistencia en la conducción

El conductor puede marcar una velocidad objetivo y el vehículo acelerará o frenará para alcanzarla. Sin embargo, todas las demás funciones dependen del conductor humano.

Nivel 2. Automatización parcial

En este nivel, el vehículo puede también controlar el volante para mantenerse en un carril determinado. Por supuesto, bajo la atención del conductor, que todavía tiene la última palabra. Este sigue siendo el que está pendiente de la carretera y de sus peligros.



Nivel 3. Automatización condicional

Aquí el coche puede considerarse el conductor porque se encarga de estar pendiente del entorno (aunque la tarea sea compartida con el humano). El vehículo puede tomar decisiones como cambiar de carril, acelerar o frenar en función de las condiciones de la vía, por ejemplo, para evitar un accidente.

Nivell 4

Nivel 4. Automatización elevada

La idea de este nivel es que el vehículo no necesita la intervención humana en ningún momento. Es el nivel del taxi autónomo, al que llamas y acude a una dirección específica, te recoge y te lleva, y luego se va él solito a por el siguiente cliente.
El vehículo es capaz de pensar por sí mismo, ya sea en un procesador local (en el propio coche) o en la nube. No necesita que el humano configure aspectos como velocidad o ruta más rápida porque está conectado a un sistema GPS y de reconocimiento de señales.
Sin embargo, sigue teniendo volante y pedales por si el conductor necesita intervenir, o por si quiere conducir él.

Nivel 5. Automatización total: los vehículos autónomos

Este es el nivel al que quiere llegar la industria automovilística y de la movilidad como servicio, y que muchos usuarios buscamos. Es el vehículo autónomo por definición, el que sale en las películas con protagonistas que van leyendo o disfrutando de su familia.
No necesita ningún tipo de intervención humana, pues ni siquiera necesita volante, pedales, retrovisores y otros sistemas humanizados. Es más, no tiene por qué tener la forma de un coche al uso.
Es mucho más seguro que cualquier vehículo moderno. Cuando un vehículo autónomo aprende algo, automáticamente comparte lo aprendido con todos los vehículos autónomos que existen. Este aprendizaje en red convierte los accidentes en algo anecdótico.

 Con cada nivel de automatización, el conductor humano relega más y más opciones al vehículo. Así puede dedicar su tiempo a otras tareas, como revisar correos, leer, hacer llamadas…

Nivell 5

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